Transitando un sueño...

Y de pronto, con lo rápido que pasan los años, allí me encontraba camino a mi primer día en la universidad, había esperado mucho ese momento y sin pensarlo llegó, estaba a punto de cursar la Licenciatura en Comunicación Social. Carrera que abracé desde la primera vez que escuche sobre ella, no me veía haciendo otra cosa, fue así como comenzó mi amor hacia la comunicación, de la que aprendo cada día más.

Al iniciar sentí temor y a la vez alegría, pero siempre con la esperanza de que podía lograr todo lo que me propusiera. La universidad significó otro mundo en mi vida, cambió muchos aspectos de mí y realmente cumplió con la latente expectativa que tenía sobre ella.

Los primeros días fueron un poco difíciles, pero no tardé en amoldarme y ajustarme a otra rutina, a mis horarios de clase, el tiempo de viaje desde mi localidad y con mi mochila al hombro, la que guardaba mis apuntes y hasta ropa por si me quedaba en capital, en casa de mis abuelos, que siempre estaban esperándome.

Al ingresar sentí esa sensación en el pecho de estar en el lugar correcto, comparto hasta hoy, este gran viaje con mi amiga quien estuvo conmigo desde pequeñas en la secundaria. Allí comencé a conocer a grandes personas, totalmente únicas, formé un grupo de amigos increíbles. Todo eso que me había costado tener en la secundaria lo viví en la universidad, lo que produjo en mí una felicidad enorme.

Aprobé el cursillo, ya era una alumna del primer año de la carrera, y esa fortuna inundaba mi alma. Todos los días significaba una aventura nueva, cargada de mil desafíos por cumplir. Cada materia me impulsaba a superarme, docentes que dejaron tantas huellas y aprendizajes de los que llevo en mi corazón. No fue fácil, pasaba muchas horas en la Universidad debido a toda la carga horaria que tiene la carrera, pero siempre pude rebasar cada impedimento.

Mi familia, gran sostén en alentarme a seguir, esperándome con la comida caliente luego de un día largo, mi novio buscándome a la salida de las clases, mis desvelos y noches largas sin dormir también eran sus desvelos a mi lado, ayudándome en lo que necesitara desde aquel primer día de cursillo, el aliento de mis amigos en las buenas y mucho más cuando no todo salía como esperaba. Todo lo que fui logrando también se lo debo a cada uno de ellos, pilares fundamentales en mi vida.

Así transite 3 años de carrera, disfrutando de cada momento y aprendiendo de los errores, me tocó desaprobar varios finales, comencé a lidiar mejor con mis nervios, hasta hoy lo sigo haciendo, tratando de equilibrar mis sentimientos, de aprovechar este gran camino a mis tiempos, con mis pausas y lugares.

Hoy estoy recorriendo el último año de esta licenciatura que me deja tantísimas cosas, diversas herramientas teóricas y prácticas que nos habilitan a insertarnos en muchos y variados ámbitos laborales y ese el dinamismo me siempre me atrapó, ya que no solo se limita a los medios de comunicación sino a la comunicación en todos los aspectos. Este año nos sorprendió con la llegada de una pandemia que golpea al mundo entero, a pesar de ello y de todos los cuidados que se deben tomar, me encuentro cursando este cuarto año desde la virtualidad para poder resguardarnos. El “quédate en casa” se volvió una bandera solidaria, la que debemos defender. Cada vez falta menos, sigo caminando y anhelando cumplir este sueño, el trayecto es fascinante, la meta está cada vez más cerca.